Oración por la liberación de la mente

Antes de orar, le recordamos:

La oración no es un hechizo que destruye lo que sea con una vez que lo hagamos. La oración es para acercarnos a Dios y en su presencia somos liberados.

La palabra nos enseña como debe ser esa relación y nos ayudara a mantenernos con fe y esperanza.

Esta oración diaria puede ser tan poderosa como sea su obediencia y fidelidad, o tan natural como su falta de compromiso.

Usted puede elegir qué imaginar y si lee la palabra podrá creer que todo lo que para usted es imposible para Dios es posible.

Encárguese diariamente de revisar su vida frente a la verdad de Cristo y pídale al Espíritu Santo que le revele dónde están estas mentiras del enemigo. Y en oración llévelas a renovación de su mente en la obediencia en Cristo.

Saque una lista mental de esos procesos automáticos que se tienen que reprogramar y póngalos en oración para ser liberado de ellos.

Le compartimos una sugerencia de cómo orar por esto, pero recuerde que la oración poderosa es la que sale de su corazón en la sinceridad de su espíritu.

Señor, vengo delante de ti a través de Tu Hijo, Jesús. Te doy gracias por el sacrificio de tu hijo Jesús en la cruz, en la cual confió para recibir mi liberación. Padre, acepto que yo he abierto puertas al enemigo y al mundo para que entren sus mentiras en mi mente. Haciendo y pensando cosas en contra de tu Palabra. Hoy, me arrepiento de todo corazón y confieso cada uno de esos pensamientos por su nombre (Tenga en cuenta la lista). Se destruye en el nombre de Jesús cada acuerdo con ellos y me entrego a tu voluntad, y renuevo mi mente con la mente de Cristo. Renuncio a cada pensamiento, idea automática e imaginación equivocadas. Renuncio a cada idea o pensamiento que viene del mundo, a la incredulidad, la escasez, la inmoralidad sexual, miedo, rebelión, obstinación y todo lo que se oponga a ti, y los echo afuera de mi mente. Ahora mismo, rompo todo acuerdo o pacto con el enemigo y llevo todo pensamiento cautivo a la obediencia a Cristo. Renuevo mi mente y declaro que soy libre ahora mismo. En el nombre de Jesús, ¡amén!