¿Estás buscando un milagro, una solución inmediata de un día para otro, o que se arregle esta pesadilla ya mismo?

Debes aclarar en tu mente la situación que enfrentas como es:

Lamentablemente, este problema no se formó de la noche a la mañana, si no que empezó con una mala semilla de orgullo y egoísmo que fue creciendo lentamente, se desarrolló y ahora estamos comiendo este amargo fruto. Simplemente, de un día para otro, no se va a poder deshacer una cadena de acontecimientos mal hechos, de palabras y detalles que destruyen cualquier relación.

Todos tenemos nuestra forma de ser, pero, cuando empezamos una relación tratamos de ser mejores hasta el punto de aparentar lo que no somos, haciéndonos parecer más atractivos; y como estamos empezando a enamorarnos, el amor nos ayuda a ser comprensivos, pacientes, tolerantes, detallistas, nos vemos como lo que la otra persona quiere encontrar para formar una pareja.

Pero el amor que se da a la pareja tiene límite. Con el tiempo se empieza a acabar, se torna aburrido, se estanca, se vuelve monótono y se enfría. Cuando esto sucede, empiezan los problemas. Ese amor que me daba la capacidad de dar lo mejor de mí se debilita, haciendo que el amor a mí mismo se dispare y empiece a tener unas conductas inapropiadas de control sobre mi pareja. Por consiguiente, someto la relación a mis condiciones, a mi favor, y estas injusticias destruyen el funcionamiento “sano” en una relación de pareja donde ambas partes tienen derechos y exigencias.

Definamos qué es “LA FIDELIDAD” fundamental en toda relación.

A todos nos gusta que nos sean fiel, que no nos fallen.

En especial las 3 áreas más importantes de nuestras vidas.
Las relaciones personales (área sentimental)
La salud, emociones, el cuerpo.
Las finanzas, metas de vida.

Entonces la fidelidad también tiene unas reglas que se deben cumplir.

Así como la recibo, la debo dar.

Así como la doy, espero que sea correspondida.

La fidelidad es un compromiso de dar y recibir.

Cuando una de las 2 partes rompe esta regla, la relación empieza un proceso de fractura.

Entendiendo lo anterior, debemos empezar por reconocer que tan infieles somos en estas 4 áreas de nuestra vida:

En las finanzas:
¿Soy cumplido con los horarios de mi trabajo?
¿Evito hacer gastos innecesarios, controlo mis gastos?
¿Pago mis deudas, evito endeudarme, pago a quien me presta?
¿Ahorro y cuido de mi dinero?
¿Lo invierto sabiamente?

En la salud:
¿Duermo lo necesario?
¿Me alimento bien?
¿Hago deporte?
¿Evito los excesos?
¿Evito las drogas, el alcohol, el cigarrillo?
¿Evito el sexo sin protección o el sexo espontáneo con desconocidos?

En las relaciones personales:

¿Soy comprensivo?

¿Evito ser ingrato y descuidado?

¿Soy respetuoso y considerado?

¿Tengo detalles y sirvo al otro?

¿Les hablo y trato con amor y respeto?

¿Respeto y soy fiel a mi pareja?

En lo Espiritual:

¿Ora, pero solo quejándose o pidiendo?

¿Lee la palabra ordenadamente todos los días?

¿Se congrega?

¿Aplica en su vida la palabra?

Es muy seguro que revisando su fidelidad con las 4 áreas vitales de su vida, muchas cosas necesitan corregirse. Es importante reconocer y enfocarse en esas fallas que producen problemas.

Ahora…

Es muy posible que le haya sido inevitable pensar en su pareja y evaluarla en estas áreas:

Es muy probable que usted lidie con la infidelidad de su pareja, pero el hecho de que en esa área usted no falle, esto tampoco le da derecho de juzgar al otro.

No todos somos fuertes y débiles en las mismas áreas.

Y eso es ser pareja, estamos para apoyarnos y complementarnos.

Su juicio sobre su pareja no la va a liberar, al contrario, más la liga a ese problema y a la vez a usted también.

Porque de eso mismo que yo doy, es la siembra que empiezo a recibir en las 4 áreas de mi vida, con el tiempo va a ser la cosecha que voy a recoger.

Así que, en estos aspectos vamos a poder evaluar qué tanto daño hemos causado y qué tanto debemos trabajar primero en nosotros para aprender a ser un buen administrador.

1. Saber aprovechar las oportunidades.

    

    

*NOTA: No continúe de esta página hasta primero detenerse a pensar, si en algo lo que recibe es lo que usted sembró.

Otra parte del problema es que estamos lidiando con una batalla en 2 campos.

El terrenal y el espiritual.

En el terrenal estamos gastando lágrimas, palabras, promesas, pedimos perdón pero nos es negado. Sacamos la carta sucia de que tenemos hijos y varios años de matrimonio y no lo podemos dejar destruir, para doblegar al otro a que no rompa la relación… pero nada de esto funciona.

Todas nuestras mejores intenciones están chocando con ojos que no pueden ver y oídos que no pueden escuchar… Y se le suman los frutos de mi siembra.

No hay palabra que los haga cambiar de parecer, ni echarse atrás de sus decisiones en contra de la relación.

Pero nos queda el campo espiritual que es donde el amor es eterno, y las fuerzas para luchar son inagotables.

Es necesario entender que el poder de la sangre de Cristo puede romper el velo de los ciegos y hablar a los corazones, que es el lugar donde ninguna voz humana, de pastores, ni de psicólogos pueden llegar. Es en el corazón donde se halla la verdad del individuo.

Es Cristo la voz que nos lleva al verdadero arrepentimiento. Es él quien nos arranca de las cadenas de satanás y solo gracias a Cristo se puede lograr esa anhelada restauración.

Es importante dejar de desperdiciar los esfuerzos por arreglar esto desde lo terrenal. Lamentablemente desde lo terrenal, solo se va a ocasionar más dolor y empeorar la situación.

No sigas insistiendo en tus fuerzas, ya no funciona.

Enfoquémonos en el plano espiritual

Ahora viene otra parte del problema.

Nuestro amor propio se volvió en idolatría y pusimos a nuestra pareja en el lugar que solo le corresponde a Dios.

Queremos que Dios al cual no volteamos a mirar para dar el verdadero amor en Cristo (el amor infinito), ahora use su poder para obligar/traer a la pareja a nuestro lado.

Le estamos pidiendo a Dios que obligue a nuestra pareja a amarnos, arrepentirse o volver, cuando Dios no nos quiso obligar a ninguna cosa de estas a nosotros.

Queremos que Dios nos responda con la urgencia que nosotros nunca tuvimos para buscarle a él cuando había tiempo.

Nos quejamos porque oramos pero no vemos que nuestras oraciones sean respondidas. Decimos que Dios no nos habla, pero no nos damos cuenta que Él siempre habla, pero nuestra ceguera no nos deja verlo o escucharlo.

Es hora de darnos cuenta que estamos tan ciegos y sordos como nuestra pareja.

Que somos tan infieles a Dios como lo ha sido nuestra pareja con nosotros o nosotros con ella.

Queremos la fidelidad de nuestra pareja, que ninguno somos capaces de darle a Dios.

Y le culpamos a satanás de todo lo que sucede, como si nosotros no hubiéramos hecho nada para merecer lo que está pasando.

En Cambiaelchip (o sea nosotros)

Entendemos que en la búsqueda de la restauración de su matrimonio, no estaba contemplado primero tener que restaurarse usted y restaurar su relación con Dios.

Pero restaurando la relación con Dios es la ÚNICA manera posible, verdadera y definitiva para restaurarse usted.

Y confiando en Dios, teniendo fe, la restauración de su matrimonio.

Te recomendamos ver el vídeo a continuación: