A este punto del camino debemos empezar a entender que nosotros también hicimos parte directa o indirecta del problema.

Entender que no podemos empezar a solucionar un problema en el otro, cuando en nosotros hay problemas sin resolver.

Cambiar la prioridad de búsqueda de un milagro de esa nueva oportunidad, por la prioridad de prepararnos para aprovechar esa nueva oportunidad.

En la mayoría de los casos, llega esa oportunidad pero es desaprovechada porque no nos dimos el tiempo necesario para recapacitar, transformarnos y hacernos aptos para enfrentar con Cristo las dificultades que toda relación de pareja enfrentará.

Nuestra primera muestra de fidelidad, debe ser con Dios, de esta es que se refleja en mi pareja, finanzas y salud.

Uno no se toma en serio el asunto de la restauración de esa relación con Dios.

Y si en verdad no entendemos que Él es el eje y debe ser el eje.

Cualquier otra cosa que pongamos sobre nuestra vida, va a fallar.

Nada es eterno ni confiable.

Veámonos como soldados que estamos perdiendo la batalla, estamos ya más derrotados que de pie, heridos, sin fuerzas.

Usted puede estar así:

Una batalla no se gana con heridos, necesitamos primero una restauración.

Primero necesitamos restauración de nuestra relación con Dios, pues solo ésta nos puede librar de nuestra propia ceguera espiritual.

Nos limpiará de todo ese egoísmo y dolor que me incapacita para perdonar y dar al otro el amor que realmente debe ser, y el lugar que debe tener.

El primer paso empieza con reconocer mis errores delante de Dios y con la ayuda de Cristo llegar a ver el verdadero arrepentimiento.

Debemos empezar a ver a Dios como él quiere que lo veamos y renunciar a la idea de usarlo/manipularlo como a nosotros nos parezca.

Esto se puede analizar de la siguiente manera:

Si un niño quiere ir al parque, y éste nos arrastra con afán de su mano, en el camino nos pasará por los charcos, tomará atajos que no son el camino más adecuado, si se encuentra una tienda quiere que entremos a comprarle algo, se lanza a atravesar una calle sin mirar que vengan carros…

¿No sería mejor si es el adulto quien guía al niño en el camino?

Ya es hora de no arrastrar a Dios a nuestras locuras y después reclamarle porque nos va mal, debemos dejar que él sea quien nos guíe.

¿A dónde lo han llevado sus propios pasos y decisiones?

¿Hoy está parado en donde pensó que llegaría en sus planes?

¿Aún le quedan muchas fuerzas para seguir volteando en rumbos, que como ha podido darse cuenta no pudo llegar?

Otro dato curioso de las muchas personas que buscan consejería para su matrimonio, casi el 90% “ya conocen de Dios”, “ya creen en Dios”.

Pero si miramos en la biblia, el diablo también creía en Dios y lo conoció…

El diablo era ministro de alabanza en el reino, le cantaba a Dios, pero se llenó de envidia, y se reveló contra Dios. El diablo también conoció a Jesús, y se le presentó en el desierto para tentarlo…

Pero el diablo no los buscó para arrepentirse.

Entonces, conocer a Dios y a Jesús no sirve de nada, si no estamos dispuestos a someternos y a cumplir sus instrucciones, por que Jesús dice: “Si me amas me obedecerás” <verifique esto en: Juan 14:15-31>

¿Amas a Dios? porque si le crees y le conoces, se supone que le obedeces.

Por favor haga una pausa y pregúntese:

¿Cree en Dios?

¿Cree en Cristo?

¿Le obedece?

En la palabra, cuando Jesús salió de la fiesta en la que convirtió el agua en vino y multiplicó los panes; se llenó de seguidores, “de creyentes”. Estos eran muchos y lo seguían por las obvias razones de que él era como ese amigo con mucha plata que nos invita de todo. Jesús se detuvo y les preguntó:

“¿Ustedes me siguen por lo que hago o por quien soy?”

“Porque si es por lo que hago, ¡se pueden ir!” <Lea todo el capítulo de Juan 6>

Esto nos puede enseñar que Dios no necesita de nosotros, que le busquemos solo por el bienestar de nuestra salud, finanzas y pareja.

ÉL quiere que estemos por quién es ÉL, haya o no haya, salud, empleo o pareja.

¿Usted está con Dios sin importar lo que haga o no haga por usted? 

O su mejor excusa es que ya no sabe si creerle porque no le da todo lo que usted le demanda, porque cree que Él le debe algo.

Dios quiere restaurar a las personas y a los matrimonios, 

Quiere que podamos enfrentar la adversidad en gozo.

Gozo: no es lo mismo que alegría o felicidad. El gozo es una condición de contentamiento que solo es provista de la relación espiritual.

La alegría o la felicidad, son estados emocionales que siempre dependen y están afectados por el entorno. (Las buenas y malas noticias nos desestabilizan).

El gozo es el contentamiento provisto por el espíritu, nos mantiene en un estado de tranquilidad independiente de la ausencia en lo financiero, la salud o las relaciones.

Dicho personal: “Puedo estar en gozo haya o no haya esposo”

Le convendrá memorizar y recordar siempre esto:

El gozo y el contentamiento solo provienen de Dios

Haga una pausa y piense:

¿Desea dejar de ser manipulado por sus emociones?

Entendió que mientras se esfuerza por encontrar la felicidad en personas o cosas, también se puede encontrar con la decepción?

¿Entendió qué es el gozo?

Comprométase: Debe fortalecer esa relación con Dios para ser impactado por ese contentamiento, el gozo que proviene de Dios a través del Espíritu Santo, el cual nos ayuda a enfrentar en Cristo todas las dificultades.

Filipenses 4:13: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”.

Tomemos nuestra cruz (responsabilidad) y la llevemos, que nos humillemos y sometamos.

Pero a nadie le gusta humillarse y someterse, pues estas 2 palabras desde el punto de vista humano son desagradables, abusivas, desmeritorias.

Pero no significan lo que realmente Dios quiere decirnos:

Humillarse a Dios: Es aceptar que yo no sé más que Dios, ni tengo poder, o capacidad para lograr lo que sea.

Someterse a Dios: Es reconocer que mis planes pueden fallar, pero los planes de Dios son perfectos y me garantiza el éxito en su camino.

Jeremías 29:11:

“Yo sé los planes que tengo para ustedes, planes para su bienestar y no para su mal, a fin de darles un futuro lleno de esperanza. Yo, el Señor, lo afirmo”.

En Cambiaelchip entendemos que confiar en Dios, no es fácil mientras que aún nos queden muchos planes por intentar.

Y realmente no vamos a poder evitarle que el desespero le lleve a la ociosidad de intentar con todo, pero le podemos dar una lista de las cosas que muchos intentaron y aseguran que no funciona:

* Rogar, insistir
* Amenazas de suicidio
* Embarazarse
* Proponer matrimonio
* Inventar enfermedades mortales
* Brujería (Parece funcionar al principio)
* Ayunar por mi petición
* 1000 Grupos de oración por mi causa
* Buscarme un amante para olvidar
* Alcohol, drogas, rumbas

* Viajar, cambiar de trabajo
* Odio, venganza
* Aprenderse unos versículos para juzgarlo
* Restregarle que esta pecando
* Quejarse con la familia y amigos
* Quejarse con los vecinos
* Ir a toda iglesia donde me dicen que hacen milagros
* Gastar en compras innecesarias
* Pedirle a otros para que los hagan entrar en razón
* Promesas a Dios que si lo hace, nosotros haremos…